Intención para la evangelización ‐

Intenciones de oración de Enero: Por el don de la diversidad en la Iglesia El Papa Francisco pide rezar al Espíritu Santo “para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre"

"Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" Mt 7, 7-8. No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito.

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16

Del libro de la Sabiduría 6, 12-16: La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y le sale al encuentro en todos sus pensamientos.

miércoles, 31 de enero de 2024

Miércoles 3 de enero 2024. "Y se admiraba de su falta de fe"

 

 ¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Marcos 6, 1-6] En aquel tiempo, se dirigió Jesús a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?». Y se escandalizaban a cuenta de él. Les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor.

Hoy la Palabra me lleva a reflexionar: qué difícil nos resulta reconocer el modo de obrar de Dios, que quiere acompañarnos, enseñarnos desde la cercanía, la simplicidad, la sencillez… No nos cabe que Dios se haya hecho pequeño, cercano, hombre, para mostrarnos el amor infinito y misericordioso de Dios… Por la falta de fe de sus paisanos no pudo hacer en Nazaret casi ningún milagro, sólo curó algunos enfermos…

 ¿Reconocemos la presencia de Dios en nuestro mundo, en nuestras vidas cuando nos habla a través de las Escrituras o valiéndose de personas humildes y sencillas, “los santos de la puerta de al lado” que los llama el Papa Francisco, y en los acontecimientos de la vida diaria?... (https://www.dominicos.org)


Martes 30 de enero 2024. Mc 5, 21-42. "Levántate"

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

 

¡Deja que la Palabra transforme tu vida!

[Marcos 5, 21-43] En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva». Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: «Con solo tocarle el manto curaré». Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba: «¿Quién me ha tocado el manto?». Los discípulos le contestaban: «Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”». Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad. Él le dice: «Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad». Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe». No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida». Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: Talitha qumi (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña. Palabra del Señor.

Hoy la Palabra me lleva reflexionar que Jesús es el Dios de la Vida y me acompaña en cada situación que me toca enfrentar. Y surge la pregunta ¿acudo a Jesús con fe en esas circunstancias? Cada ves que me dejo guiar por su Palabra, escucho: "Levántate y sigue"

martes, 30 de enero de 2024

Lunes 29 de enero 2024. Mc 5, 1-20. «Espíritu inmundo, sal de este hombre»


¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

[Marcos 5, 1-20] En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos». Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca. Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti». El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban. Palabra del Señor.

Hoy la Palabra me lleva a reflexionar, ¿Qué cosas de este mundo me atrapan y no me dejan ver el accionar de Dios en mi Vida? La presencia de Jesús trae cambios en la vida que pueden contradecir los propios intereses. Por eso te pido Señor que hoy tu Palabra ilumine mis pensamientos y fortalezca mi obrar para poder vivir de acuerdo a tus enseñanzas.











sábado, 27 de enero de 2024

Cuarto domingo durante el año. Lecturas 28-1-24, Ciclo B

  
” Ven Espíritu Santo”

Dios mío, envía ahora tu Espíritu sobre mí y que abra mis ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guie y asista al meditar tus enseñanzas, para que pueda saborearla y comprenderla, para que tu Palabra penetre en mi corazón, y me conduzca a la Verdad completa. Amén 

«Les enseñaba como quien tiene autoridad»

 Lectura del libro del Deuteronomio 18, 15-20

Moisés dijo al pueblo: “El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a él a quien escucharán. Esto es precisamente lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: ‘No quiero seguir escuchando la voz del Señor, mi Dios, ni miraré más este gran fuego, porque de lo contrario moriré’. Entonces el Señor me dijo: ‘Lo que acaban de decir está muy bien. Por eso, suscitaré entre sus hermanos un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que yo le ordene. Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta. Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi nombre una palabra que yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá’ Palabra de Dios.

Salmo 94, R: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor. 

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! R.

¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. R.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras. R.  

1° carta de san Pablo a los corintios. 7, 32-35

Hermanos: Yo quiero que ustedes vivan sin inquietudes. El que no tiene mujer se preocupa de las cosas del Señor, buscando cómo agradar al Señor. En cambio, el que tiene mujer se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su mujer, y así su corazón está dividido. También la mujer soltera, lo mismo que la virgen, se preocupa de las cosas del Señor, tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. La mujer casada, en cambio, se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su marido. Les he dicho estas cosas para el bien de ustedes, no para ponerles un obstáculo, sino para que ustedes hagan lo que es más conveniente y se entreguen totalmente al Señor. Palabra de Dios.  

Santo Evangelio según san Marcos. 1, 21-28

Jesús entró en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en la sinagoga de ellos un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: El Santo de Dios”. Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; ¡da órdenes a los espíritus impuros, y éstos le obedecen!”. Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea. Palabra del Señor . 

 Reflexión 

Jesús no sólo anuncia la llegada del Reino de Dios, sus obras, sus milagros, sus signos, ratifican y confirman la llegada del Reino.

El Evangelio de este domingo nos presenta a Jesús, rodeado de sus discípulos, en la Sinagoga de Cafarnaún. Un pueblo y una Sinagoga muy frecuentada por Jesús. Era sábado, el día más importante de la semana para los judíos, y su actividad comenzaba orando y escuchando la Palabra de Dios, dando gracias. Por primera vez Jesús va a proclamar la Buena Noticia de Dios precisamente en el lugar donde se enseña oficialmente al pueblo las tradiciones religiosas de Israel. El evangelio dice que Jesús estaba enseñando y que la gente se quedaba asombrada de cómo hablaba.  

Enseñaba con autoridad. San Marcos pone de relieve una nota característica de la enseñanza de Jesús: la autoridad con la que hablaba. Esa autoridad no se refiere al tono, ni a la seguridad, ni a la firmeza con que hablaba, sino, entre otras cosas, a la coherencia que existía entre lo que decía y lo que hacía. Su autoridad se traduce en su acción. La palabra griega (exousía) que utiliza el Evangelio para designar la autoridad de Jesús puede traducirse por: a partir del ser. Según esto, su enseñanza provenía de las profundidades de su ser; él encarna lo que enseña. La palabra latina (augere) para hablar de la autoridad significa hacer crecer. También podemos aplicar este sentido a la autoridad de Jesús. Así entendida, su autoridad hace crecer a las personas que le escuchan de verdad para convertirse, a su vez, en autores de su propia historia; las hace responsables de sus propias obras; sus vidas se transforman para bien. La autoridad de Jesús conduce a la vida verdadera; es liberadora. El mismo Jesús dirá: Yo he venido para que tengan vida abundante (cf. Jn 10,10). Está claro que su autoridad nada tiene que ver con el poder arbitrario. Por otra parte, Jesús no fuerza a nadie a escucharlo o a obedecerle; no trata de dominar a toda costa a los que lo rodean. Como su enseñanza, su autoridad proviene de Áquel que es la Fuente de toda autoridad.  

En definitiva, lo que le llamaba la atención a la gente es que les hablaba de Dios de una manera muy cercana, tan cercana que hasta la gente más sencilla lo podía entender. Dios estaba al alcance de la mano. Dios estaba en la vida cotidiana, entre las personas, y no allá en el cielo, distante y lejano, solo accesible para los que tenían estudios y podían leer y profundizar la Palabra de Dios.  

En la sinagoga se interpreta con precisión y rigor la ley, pero el endemoniado sigue dominado por su enfermedad y aplastado por su misma sensación de desamparo y dependencia. Hasta que llega Je­sús. Después de enseñar, toca actuar. Jesús pasa a la acción que es como mejor se aprende. Si Jesús ha dicho que Dios está cerca de los más desfavorecidos, allí hay una persona atrapada, esclavizada, impedida, atemorizada, marginada por su propia gente. 

La fuerza Sanadora y liberadora de Jesús. De pronto un hombre «se pone a gritar: «¿Has venido a destruirnos?». Al escuchar el mensaje de Jesús, se ha sentido amenazado. Su mundo religioso se le derrumba. Se nos dice que está poseído por un «espíritu inmundo», hostil a Dios. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañinas y perversas lo bloquean el camino hacia el Dios Bueno que anuncia Jesús?

Jesús no se acobarda. Ve al pobre hombre oprimido por el mal, y grita: «¡Cállate y sal de este hombre!». Ordena que se callen esas voces malignas que no le dejan encontrarse con Dios ni consigo mismo. Que recupere el silencio que sana lo más profundo del ser humano. 

En el texto se describe la sanación de manera dramática. En un último esfuerzo por destruirlo, el espíritu «lo retorció violentamente y, dando un grito fuerte, salió de él». Jesús ha logrado liberar al hombre de su violencia interior. Ha puesto fin a las tinieblas y al miedo a Dios. En adelante podrá escuchar la Buena Noticia de Jesús.  

No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad. Lo sienten, no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a sanar liberando de un Dios opresor.  

Sus palabras despiertan la confianza y hacen desaparecer los miedos. Sus parábolas atraen hacia el amor a Dios, no hacia el sometimiento ciego a la ley. Su presencia hace crecer la libertad, no las servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento. Jesús cura porque enseña a vivir sólo de la bondad, el perdón y el amor, que no excluye a nadie. Sana porque libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.  

Jesús quiere acercar a Dios a las personas sencillas. Por eso usa un lenguaje sencillo, usa parábolas, para que la gente más humilde le pueda entender y puedan reconocer que en Él, está Dios. Un Dios que viene a decirles que está de su parte, que ama a todas las personas, porque todos somos sus hijos, pero especialmente a los más pobres y desfavorecidos. Que no quiere más injusticias, ni más abusos hacia los pobres. Y que ha enviado a su hijo Jesús como el Mesías esperado, para que anuncie el Reino de Dios y la Buena Noticia. Jesús es esa Buena Noticia de parte de Dios.  

Su práctica revoluciona el ambiente. Los letrados callan, pero la gente sabe discernir. Jesús libera y sana, enseña con autoridad, no como los letrados. Esto es nuevo, una buena noticia, y causa asom­bro en el pueblo. Pero quienes se sienten desenmascarados y despo­seídos de su poder por su práctica, callan o gritan, no disciernen, se evaden de la conversión. Y no aceptan los signos del Reino.  

Para aquel hombre, el encuentro con Jesús fue una Buena Noticia, porque salió de allí como una persona nueva, libre, con posibilidad de hacer de nuevo una vida normal y reincorporarse a su familia, a la vida social y laboral, y también a la vida religiosa. Seguramente, no pasaría ni un día en adelante en que no diera testimonio a sus paisanos de lo que Jesús había hecho con él. Por eso dice también el evangelio que la fama de Jesús se extendió por toda la región.  

Evangelio según San marcos: Un día más busco hacer silencio interior para descubrir esa Palabra que Dios quiere dirigirme. Me recojo internamente y pacifico mi corazón para hacer espacio al espíritu de Dios que me acompaña en cada momento.  

La Misión de Jesús, Mc 1, 35-39: Él les contestó: “Vámonos a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he venido”. Y Jesús empezó a visitar las Casas de oración de aquella gente, recorriendo toda Galilea. Predicaba y expulsaba a los demonios.  

Qué predicaba Jesús. «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia». El mensaje de Jesús es una Buena Noticia y hay que vivirla como tal. Que no tengamos miedo de acercarnos a su Palabra y dejarnos transformar por ella, como a aquel hombre poseído le pasó. Y que hagamos de nuestra vida un gran testimonio, un gran mensaje para todas las personas, de lo mucho y lo bueno que hace Dios con cada uno de nosotros. La fe es para vivirla con alegría, con esperanza y con gozo.  

Expulsaba los demonios. En el Reino de Dios no hay espacio para la opresión. Jesús lo manifiesta liberando a ese hombre de aquello que lo ataba. Dios nos quiere libres. El evangelio nos exhorta a que como sus seguidores, vivamos esa autoridad en libertad, fruto de la coherencia entre las palabras y las acciones, siempre buscando que todo ser humano viva dignamente. En este mundo se están necesitando personas libres y con autoridad, de esas que buscan el bien de los demás y que sus palabras estén en sintonía con lo que hacemos. 

¿Vivís esta libertad que Jesús nos invita?

¿Quién tiene autoridad en tu vida? ¿Por qué será que buscamos y entregamos nuestra libertad en cosas que terminan atándonos, oprimiéndonos y destruyéndonos?

  
Natividad de Señor, “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra, paz a los hombres amados por él”

 La Sagrada Familia Jesús, María y José, “El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría”  

Segundo domingo después de Navidad, “Y la Palabra se hizo carne y habitó  entre nosotros.”  

Bautismo del Señor, “Apenas fue bautizado Jesús, el Espíritu de Dios descendió sobre Él”  

Segundo domingo durante el año, “Hemos encontrado al Mesías, vengan y lo verán”  

Tercer domingo durante el año, «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia.»  

Aclaración: Se han consultado para la preparación del siguiente texto: El libro del Pueblo de Dios y las reflexiones de, Centro Bíblico del CELAM. Dominicos.org. Donbosco.org.ar. J. A. Pagola.  

Círculo Bíblico San José

“Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Sal 119  

Te esperamos todos los sábados a las 17 hs para compartir y reflexionar el evangelio de cada semana.

miércoles, 24 de enero de 2024

Miercoles 24 de enero 2024. Mc 4, 1-20. "Escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno"

 

  ¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Marcos 4, 1-20] En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar. Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos: «Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno». Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”». Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno». Palabra del Señor.

PALABRAS DEL SANTO PADRE: Jesús nos invita hoy a mirarnos por dentro: a dar las gracias por nuestro terreno bueno y a seguir trabajando sobre los terrenos que todavía no son buenos. Preguntémonos si nuestro corazón está abierto a acoger con fe la semilla de la Palabra de Dios. Preguntémonos si nuestras piedras de la pereza son todavía numerosas y grandes; individuemos y llamemos por nombre a las zarzas de los vicios. Encontremos el valor de hacer una buena recuperación del suelo, una bonita recuperación de nuestro corazón, llevando al Señor en la Confesión y en la oración nuestras piedras y nuestras zarzas. Haciendo así, Jesús, buen sembrador, estará feliz de cumplir un trabajo adicional: purificar nuestro corazón, quitando las piedras y espinas que asfixian la Palabra. (Ángelus, 16 de julio de 2017). (https://www.vaticannews.va/es)

martes, 23 de enero de 2024

Martes 23 de enero 2024.Mc 3, 31-35."El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre"

 

  ¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Marcos 3, 31-35] En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y, desde fuera, lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dice: «Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». Él les pregunta: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre». Palabra del Señor.

Hoy la Palabra me lleva a reflexionar, ¿Qué significa ser familia en el Reino de Dios?  La escucha atenta de su palabra, llevándola a mi vida en cada cosa que haga, siento que vivo de acuerdo a la voluntad de Dios, siento la presencia de Dios en mi vida, voy descubriendo a Jesús, como maestro que me enseña, como amigo que siempre está, como un hermano mayor que me cuida. Siempre surge un pensamiento, si estar con Jesús es bueno para mi, ¿Cómo hago para que también sea bueno para otros?(Ref.: donboco.org.ar, dominicos.org evangeli.net)

lunes, 22 de enero de 2024

Lunes 22 de enero 2024. Mc 3, 22-30. "Por medio de comparaciones les explicó"

 

¡Deja que la palabra transforme tu vida!

Mc 3, 22-30: Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios». Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: «¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre». Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu impuro». Palabra del Señor.

Hoy la Palabra me lleva a reflexionar, al vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesús y ver como mi vida va cambiando, al sentirme que me libera de las ataduras de este mundo, del que dirán, de la indiferencia, entonces ¿ante las maravillas que hace Jesús en mi vida, ¿Cuál es mi actitud? ¿De alabanza o de negación? 

Ven Señor Jesús, te necesito!


Domingo 21 de enero 2024. Mc 1, 14-20. "Dejaron sus redes y lo siguieron"

 

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida! 

[Marcos 1, 14-20] Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia.» Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.» Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron. Palabra del Señor.

Hoy al escuchar el llamado de Jesús, "sígueme y te hare pescador de hombres", la Palabra me lleva a preguntarme, ¿me encuentro en el camino de Dios, si realmente en cada cosa que hago a diario vivo de acuerdo a los pensamientos que me transmite cada día Jesús? Le pido al Señor que acompañe con el Espíritu Santo, para poder seguir por el camino de la Verdad y la Vida. 

sábado, 20 de enero de 2024

Lecturas del sábado 20 de enero 2024. Mc 3, 20-21. "Decían que se habia vuelto loco"

 

Deja la Palabra transforme tu vida. 

Mc 3, 20-213. En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco. Palabra del Señor. 

Hoy  la Palabra me lleva reflexionar que  pienso de Jesús? En la medida que lo escucho y  vivo de acuerdo a sus pensamientos, voy descubrindo al Dios de la Vida, que me acompaña en mi caminar. Ayudándome a discernir entre el bien y mal, a sanar de mis males fijos y espirituales, a descubrir que  si se volvio loco, pero de amor por cada uno de nosotros. 

viernes, 19 de enero de 2024

Viernes 19 de enero 2024. “Llamó a los que quiso y se fueron con él”

   

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

 [Marcos 3, 13-19] Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a Doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios. Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó. Palabra del Señor.  

“Ellos fueron hacia él…”

 Hoy la Palabra me lleva a reflexionar la invitación de Jesús a ser su discípulo, a compartir con Él un camino donde experimentar la plenitud de la vida y desde la alegría y frutos de ese encuentro, ser su testigo ante de los demás. 

Jueves 18 de enero 2024. Mc 3, 7-12. "Se arrojaban sobre él para tocarlo"

  

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

Mc 3, 7-12: Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea. Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón. Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara. Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo. Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto. Palabra del Señor.

 Hoy la Palabra me lleva a reflexionar, Jesús pasa por mi vida, ¿Qué busco cuando me acerco a Jesús?

A igual que la gente de ese momento, buscar la salvación, una sanación de mis males físicos y espirituales, que no sea solamente una salvación puramente material. 

miércoles, 17 de enero de 2024

Miercoles 17 de enero 2024. Mc 3,1-6. ¿Hacer lo bueno o lo malo?

  

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

 [Marcos 3, 1-6] En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo. Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio». Y a ellos les pregunta: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?». Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». La extendió y su mano quedó restablecida. En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él. Palabra del Señor.

 Hoy la Palabra me lleva a preguntarme ¿Qué cosas ocupan mis pensamientos? ¿Qué cosas me paralizan y no me permiten vivir plenamente? Hoy pasa Jesús por mi vida, y me propone poner en sus manos todas aquellas cosas que necesitan ser sanadas, para ayudarme a liberarme de todos mis males. Mi respuesta es sí, ven Señor Jesús, te necesito.

También surge en mi reflexión ¿qué lugar ocupan la gente necesitada que me rodean? Jesús ante el enfermo y pobres, los ayuda, da todo, no se deja paralizar por las normas, primero la Vida. En cada cosa que hago me pregunto estoy haciendo el bien o el mal?

(Ref.: donboco.org.ar, dominicos.org evangeli.net)

miércoles, 10 de enero de 2024

Miércoles 10 de enero 2024. Mc 1, 29-39. «Todos te andan buscando.»

  

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

 Mc 1, 29-39: Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él. Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando.» El les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido.» Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios. Palabra del Señor.  

“Todos te andan buscando”

¿Cómo vivo hoy la búsqueda de Jesús? ¿Al escuchar su Palabra cada día siento que me ayuda a mi sanación?
¿En qué gestos concretos nos hacemos cercanos a los hermanos que sufren o están marginados de la sociedad?

martes, 9 de enero de 2024

Martes 9 de enero 2024. Mc 1, 21-28. «Cállate y sal de este hombre»

  

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

 Mc 1, 21-28. Jesús entró en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios.» Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre.» El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!» Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea. Palabra del Señor.

 Hoy la Palabra me lleva a reflexionar ¿que siento al escucharla cada día? ¿Quedo indiferente? ¿Me doy cuenta de la fuerza liberadora que Jesús y su enseñanza tienen en mi vida?

 Le doy gracias a Jesús por hacerse presente en mi vida y ayudarme a liberarme de mis ataduras a través del Espíritu santo que me acompaña en cada cosa que hago. Y surge otra pregunta ¿mi forma de vivir refleja la presencia de Jesús en mí? ¿Lo que pienso y digo, lo llevo a cada cosa que hago?

(Ref.: donboco.org.ar, dominicos.org evangeli.net)

lunes, 8 de enero de 2024

Lunes 8 de enero 2024. Mc , 14-20. “Ellos dejaron sus redes y lo siguieron”

 

¡Deja que la Palabra del Señor transforme tu vida!

 Mc. 1, 14-20: Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia». Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres». Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron. Palabra del Señor

 Hoy la Palabra me lleva a pensar sobre la presencia de Dios en mi vida, a preguntarme ¿en que momento sentí la llamada de Jesús? ¿Por qué lo empecé a seguir? ¿Qué cosas empecé a dejar para poder escuchar su Palabra y reflexionarla? ¿Qué cosas cambiaron en mi vida?

Recuerdo siempre este pensamiento que me acompaña desde hace un tiempo: No sé qué quería, pero había algo en mí que me movía a buscar, tal vez que las cosas tengan sentido, y te encontré. Me cuestionaba sobre la vida y me diste tu sabiduría para que pueda encontrar alegría y paz. Ante mis miedos y dudas, te pido que me acompañes en mi peregrinar y me das tu Espíritu Santo, el mismo que te acompaño a vos, hoy me acompaña a mí, me asiste y guía. Hoy sigo buscando más de tu Palabra, de la Verdad y el camino, con la confianza puesta en vos, Dios mío, sé que estás presente en mi vida. Ven Señor Jesús, te necesito. Amén.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Tiempo de Adviento, Tercer domingo Lecturas 17-12-23, Ciclo B

    

” Ven Espíritu Santo”

Dios mío, envía ahora tu Espíritu sobre mí y que abra mis ojos y mis oídos a tu Palabra, que me guie y asista al meditar tus enseñanzas, para que pueda saborearla y comprenderla, para que tu Palabra penetre en mi corazón, y me conduzca a la Verdad completa. Amén

 “Testigos de la Luz”  

Libro del profeta Isaías 61, 1-2a. 10-11

El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. El me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor. Yo desbordo de alegría en el Señor, mi alma se regocija en mi Dios. Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación y me envolvió con el manto de la justicia, como un esposo que se ajusta la diadema y como una esposa que se adorna con sus joyas.         
Porque así como la tierra da sus brotes y un jardín hace germinar lo sembrado, así el Señor hará germinar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Palabra de Dios. 
 

Salmo Lc 1, 46-48. 49-50. 53-54, R. Mi alma se regocija en mi Dios.

Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz.  R.

Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.  R.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia.  R.  

1° carta de Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24

Hermanos: Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús. No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno. Cuídense del mal en todas sus formas.        
Que el Dios de la paz los santifique plenamente, para que ustedes se conserven irreprochables en todo su ser -espíritu, alma y cuerpo- hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. El que los llama es fiel, y así lo hará. Palabra de Dios. 
 

 A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío,  yo pongo en ti mi confianza. 

Evangelio según san Juan 1, 6-8. 19-28

Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz.           
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres tú?» Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías.»                         
«¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?» Juan dijo: «No.»           
«¿Eres el Profeta?» «Tampoco», respondió. Ellos insistieron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»         
Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.»                    
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia.»            
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba. Palabra del Señor  
 

Reflexión:  Domingo de gaudete, el domingo de la alegría.  

La palabra de Dios de este domingo nos trae de la mano de Isaías un mensaje de esperanza. Nos anuncia un tiempo de gracia del Señor para todos aquellos que sufren. Y nos invita a llenarnos de gozo y de alegría.

Con María, en el magníficat, a modo de salmo responsorial, hacemos nuestro su canto de alabanza a la grandeza de Dios, que mira nuestra pequeñez y humillación, que se fija con gran misericordia en los más desfavorecidos de este mundo para sacarlos de su situación de pobreza.

San Pablo nos invita a la verdadera alegría que se sustenta en la oración y a la acción de Gracias, dejándonos conducir por el Espíritu y consagrándonos en cuerpo y alma al Dios de la paz, hasta que se cumpla la promesa de Jesucristo.

El Evangelio de Juan nos presenta a Juan Bautista como testigo de la luz y voz que grita en el desierto que anuncia a Jesucristo, la Palabra que se encarna. 

Juan el Bautista es la voz, y grita en el desierto. Atrae, convoca, invita a creer. Allana el camino. No es Elías, tampoco el profeta. Es la voz que clama, una antorcha que ilumina al que ha de venir. Es el hombre del silencio, la soledad y el desierto, donde sólo sobrevive quien puede alimentarse de lo que tiene en su interior. Un hombre sin poder alguno, ni político ni religioso, que no habla desde el templo ni en la sinagoga. Su voz viene de lo que escucha de Dios en la hondura de su propio ser. El Bautista invita a abrirse precisamente a este misterio, el misterio del Dios vivo que lo habita y lo envía como testigo.

No es la luz, pero la irradia. No es la Palabra, pero sí la voz que inquieta y llama a superar el modo en que el pueblo elegido viene viviendo. Invita a cambiar de raíz, a dejarse bautizar, a sumergirse en una vida diferente. Abre camino en medio del pueblo a Jesús que viene, anuncia su presencia, Dios-con-nosotros-Salvador. Es el principio de todo el anuncio evangélico: el reino de Dios está en medio de ustedes, vuelvan a Él, cambien de vida, salgan a su encuentro. Dios viene a salvar. A salvar a todos. A salvarlo todo.     

Jesús es el reino, la gran noticia, un tesoro que vale más que cualquier otra cosa. Otra manera de vivir la humanidad. Entrar en el reino, aceptar al Dios de Jesús y la vida como misión de hacerlo visible, es la causa de nuestra alegría. No son nuestras palabras, sino nuestro modo de estar en la historia siguiendo a Jesús. La dinámica interna de nuestra conversión es, sobre todo, la necesidad de no entorpecer la visibilidad de Dios. Nuestro testimonio consiste en que se vea en nosotros esa luz.  

Testigos de la Luz. Es curioso cómo presenta el cuarto evangelio la figura del Bautista. Es un «hombre», sin más calificativos ni precisiones. Nada se nos dice de su origen o condición social. Él mismo sabe que no es importante. No es el Mesías, no es Elías, ni siquiera es el Profeta que todos están esperando. Solo se ve a sí mismo como «la voz que grita en el desierto: Allanen el camino al Señor». Sin embargo, Dios lo envía como «testigo de la luz», capaz de despertar la fe de todos. Una persona que puede contagiar luz y vida. ¿Qué es ser testigo de la luz?

El testigo es como Juan. No se da importancia. No trata de impactar a nadie. Sencillamente vive su vida de manera convencida. Se le ve que Dios ilumina su vida. Lo irradia en su manera de vivir y de creer.

El testigo de la luz no habla mucho, pero es una voz. Vive algo inconfundible. Comunica lo que a él le hace vivir. No dice cosas sobre Dios, pero contagia «algo». No enseña doctrina religiosa, pero invita a creer. La vida del testigo atrae y despierta interés. No culpabiliza a nadie. No condena. Contagia confianza en Dios, libera de miedos. Abre siempre caminos. Es como el Bautista, «allana el camino al Señor».

El testigo se siente débil y limitado. Muchas veces comprueba que su fe no encuentra apoyo ni eco social. Incluso se ve rodeado de indiferencia o rechazo. Pero el testigo de Dios no juzga a nadie. No ve a los demás como adversarios que hay que combatir o convencer: Dios sabe cómo encontrarse con cada uno de sus hijos e hijas.  

Se dice que el mundo actual se está convirtiendo en un «desierto», pero el testigo nos revela que algo sabe de Dios y del amor, algo sabe de la «fuente» y de cómo se calma la sed de felicidad que hay en el ser humano. La vida está llena de pequeños testigos. Son creyentes sencillos, humildes, conocidos solo en su entorno. Personas entrañablemente buenas. Viven desde la verdad y el amor. Ellos nos «allanan el camino» hacia Dios.  

La Alegría. Hoy, en medio del Adviento, recibimos una invitación a la alegría y a la esperanza: “Estén siempre alegres”.  Es un tiempo litúrgico que nos invita a detenernos en silencio para percibir una presencia. Un tiempo para vivir y celebrar, bajo el signo de “encuentro” entre un Dios que viene al encuentro del hombre, y el hombre en busca de Dios. Sentirse amado y salvado por Dios es un gran gozo y quizás nos podemos preguntar: ¿De qué nos salva?  

Alegrémonos, porque se acerca nuestro Salvador y Libertador. ¿De qué nos salva? (1ª lectura). De las cadenas y grilletes a los que tal vez nuestra alma está atada y por eso no es libre para relacionarse en la oración humilde con ese Dios de la Salvación. 

De los miedos que nos paralizan y no nos dejan descubrir que ese Salvador es Padre y Amigo y Compañero de camino hacia la eternidad. 

De las tristezas que nos ahogan, que nos impiden sonreír al experimentar la ternura de ese Dios Libertador que viene con los despojos de su victoria en la mano después de una lucha terrible contra el enemigo de nuestra alma. 

De las falsas expectativas, ilusiones y guiños que nos hace este mundo y nuestros sueños fatuos, que nos pintan el seguimiento de Cristo como un camino de rosas, de éxitos y reconocimientos, cuando en realidad sabemos que debemos seguirle por un sendero de cruz, de esfuerzo, pero con Él a nuestro lado.

De todo eso viene a salvarnos: de las falsas ideologías, de esperanzas disfrazadas, de sistemas socioeconómicos esclavizantes e inhumanos, de nuestros ridículos y devoradores egoísmos, vanidades y ambiciones. Salvación completa, de cuerpo, alma y espíritu (segunda lectura).       

 
Adviento

 ¿Qué me dice La Palabra de hoy? ¿Qué me llevo de mi encuentro con Jesús, para meditar durante la semana? Algunas reflexiones:

 La Alegría: Hoy, en medio del Adviento, recibimos una invitación a la alegría y a la esperanza: “Estén siempre alegres”.  Es un tiempo litúrgico que nos invita a detenernos en silencio para percibir una presencia. Un tiempo para vivir y celebrar, bajo el signo de “encuentro” entre un Dios que viene al encuentro del hombre, y el hombre en busca de Dios. Sentirse amado y salvado por Dios es un gran gozo.

 Juan El Bautista: No es la luz, pero la irradia. No es la Palabra, pero sí la voz que inquieta y llama a superar el modo en que el pueblo elegido viene viviendo. Invita a cambiar de raíz, a dejarse bautizar, a sumergirse en una vida diferente. Abre camino en medio del pueblo a Jesús que viene, anuncia su presencia, Dios-con-nosotros-Salvador.  

Dios lo envía como «testigo de la luz», capaz de despertar la fe de todos. Una persona que puede contagiar luz y vida. ¿Me siento que puedo con mi vida ser testigo de la luz?

 Sentirse amado y salvado por Dios es un gran gozo y quizás nos podemos preguntar: ¿De qué nos salva?

  

 

Trigésimo primer domingo durante el año, «Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros»

Trigésimo segundo domingo durante el año, “Esten prevenidos…”

 Trigésimo tercer domingo durante el año, «Felices por el don recibido, lo hacemos fructificar, compartiéndolo»

 Cristo Rey, “Vengan benditos de mi Padre”

 Primer domingo de Adviento, “Tengan cuidado y estén prevenidos” 

Segundo domingo de Adviento, “Preparen el camino del Señor”

 Aclaración: Se han consultado para la preparación de las reflexiones: El libro del Pueblo de Dios. Hojitas anteriores. Centro Bíblico del CELAM. J.A. Pagola. Hojitas anteriores. Doonbosco.org. Dominicos.org. Evangeli.net. P. Antonio Rivero.  

Círculo Bíblico San José

 “Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Sal 119

 Te esperamos todos los sábados a las 17 hs para compartir y reflexionar el evangelio de cada semana.